02 noviembre 2022

¿Te imaginas el marketing sin Redes Sociales? Yo, sí.

Los fantasmas de las redes sociales o cómo no morir de marketing


Para quienes hemos aprendido a vender y comunicar por cualquier medio disponible antes de que llegara internet, pensar en un futuro sin Redes Sociales no nos da mucho miedo. Y aquí es cuando un social media millennial dirá eso de OK, Boomer.

Pesadilla antes del fin de las Redes Sociales

Durante el pasado fin de semana, que coincidió con las terroríficas fiestas de Halloween, se han producido una sucesión de catastróficas desdichas que pusieron los pelos de punta a más de uno: 

  1. Instagram comenzó a eliminar cuentas aleatoriamente.
  2. Elon Musk compra Twitter y avisa de que cobrará por servicios como la verificación.
  3. Meta no para de caer en bolsa.
  4. Google (Alphabet) pierde fuelle y reduce sus ingresos publicitarios.


En fin, el apocalipsis digital, que hizo poner el grito en el cielo a más de un Community Manager y preocupó enormemente a los que apostaron todo al rojo en la ruleta del marketing.  O al agujero negro que siempre fue.

Mientras tanto, en las cabezas de los viejos rockeros, esos publicitarios senior que hoy tienen que ver en muchos casos cómo son apartados con un flagrante edadismo y de los que he llegado a leer que no deberían presumir tanto de sus 20 o 30 años de experiencia, que hoy no sirven para nada, se iluminó una bombillita que decía "te lo dije".


Algunos tendrán que volver a aprender la publicidad de antes

Los nativos digitales pueden haber nacido con un dispositivo en las manos y por eso entender mejor la tecnología. Pero los carrozas tenemos una experiencia previa aprendida en entornos más difíciles, caros y competidos que nos permitió llegar a las nuevas herramientas igual que hicimos con cualquier otra. Si algún día los medios digitales dejaran de ser tan abiertos y baratos,  volver atrás será coser y cantar para unos, y un volver a empezar para otros. Y, entonces... ¿Quién tendrá la ventaja?.

Alguien dijo que las RRSS iban a desaparecer en 2012 por agotamiento y que sería un problema para quien hubiera abandonado totalmente la publicidad tradicional. 

Han pasado diez años desde que esa predicción la publiqué en Cooking Ideas y fue el post más tuiteado del año. Y aunque, desde luego, fallar en una década es de gurusito de segunda, algunas de las pistas que se daban en él no están tan lejos de la realidad actual. Compruébalo tú mismo:



A la espera del nuevo elefante blanco del marketing digital

Bueno, no creo que las RRSS desaparezcan del todo y ya veremos hasta dónde y cuándo llega el Metaverso. Pero sí que la evolución natural lleva, como ya predije hace más de 11 años en Gurú Lo Serás Tú, a convertir el Social Media en medios estándar donde, para llegar, tienes que invertir en publicidad (si alguien tiene dudas al respecto de que hoy el alcance orgánico son los padres, que salga ya de este post escandalizado). 

Lo curioso, es que muchos de los grandes gurús y apóstoles digitales de entonces, que no estaban de acuerdo con estos planteamientos, hoy lideran la contestación en otro sentido, y hasta he leído a uno de ellos (el súper de los súper) decir que Facebook está muriendo poque ya no le funciona la publicidad... vivir para ver. Y como de todo se aprende, esta vez no diré nombres o añadiré links, pero quien me haya seguido en estos años seguro que se imagina de quién hablamos. Pero como las brujas, haberlos haylos. 

En fin, que si aún no lo has leído, igual llegas a tiempo del futuro con Gurú Lo Serás Tú. Aunque puede darte miedo, estás avisado.


Si te ha gustado este post, hay otros sobre Redes Sociales que podrían gustarte también, los últimos son:






04 agosto 2021

Así trabajas para Linkedin. Y, a veces, pagando tú.

Cómo trabajas para Linkedin sin saberlo



En las últimas semanas veo repetirse dos temas en mi feed de Linkedin. Uno las encuestas, que por lo menos ya no usan el formato tramposo de utilizar las opciones de reacción para generar visibilidad, pero que siguen siendo meros trucos para lograr alcance y audiencia. La otra está relacionada, y la veo en gurús de todo tipo, preguntando si a los demás les ha caído también la notoriedad y visibilidad y si usan algún truco para agitar el algoritmo.


Sobre ambas cuestiones hay algo que me gustaría aportar: olvida el algoritmo. 


Desde que escribí Gurú Lo Serás Tú (2011) tengo la misma lucha con el Social Media y sus popes. Lo único que importa es la calidad del contenido. Lo demás, es humo y ruido. 


Si lo que quieres, legítimamente como yo mismo hago, es utilizar las redes como soporte promocional de tu trabajo, y sólo te importa el alcance, entonces es mejor pagar por anuncios y establecer objetivos. De la otra forma, estás pagando con tu trabajo, pero quizá no logres llegar con la calidad que necesitas para vender. Serás humo y ruido.


Recuerda que el producto eres tú


Todas las redes sociales gratuitas se basan en lo mismo: el contenido es gratis para ellos y lo generan los usuarios “prosumers”. 


  • Cuando el contenido es bueno, se viraliza solo. Tardarás más o menos, pero el resultado llega con la calidad y la constancia. 
  • Cuando el contenido es malo, sólo te queda el recurso de hacer ruido. 


Linkedin es una red que no tiene su modelo de negocio basado en la publicidad. Si lo has probado sabrás que es cara y poco eficaz. Así que sus ingresos vienen en gran medida de las cuentas premium. Cuentas que ofrecen algunos servicios interesantes para profesionales que quieran usar la red como herramienta de venta e investigación de RRHH. Sobre cómo algunos creen que eso consiste en spamear de cualquier forma, hablaremos otro día. Ahora de lo que quiero hablar es de cómo Linkedin se las ingenia para, disfrazada de arma de ventas (social selling, lo llaman) y con el gancho de la gamificación, consiguen que trabajes para ellos. Y no sólo gratis, sino pagando por esa cuenta premium. Con una de ellas puedes conocer tu posición en el "ranking" de profesionales de la red. Esta es la mía en estos días:


Social Selling en Linkedin



Lo que podéis ver en esta imagen es la comparativa de lo que llaman Social Selling Index. Un complejo algoritmo (siempre se trata de que no seas capaz de entenderlo del todo para parecer más auténtico y científico) por el cuál te asignan un valor en puntos a tu actividad en la red.


Este valor depende de el número de contactos que hagas, de los comentarios, de los contenidos propios y los compartidos de otros, etc. Puro Bullshit. 


Durante dos semanas, de vacaciones, aunque leía casi a diario las novedades, evité a propósito interactuar con ninguna publicación. Por supuesto, no publiqué nada. Esa inactividad durante más de dos semanas, bajó mi SSI 5 puntos (de 70 a 65) y sin embargo, me situó un 2% mejor que el resto de mi industria (cuando era un 1%). Repito: Bullshit.


¿Qué diferencia hay entre tener 70 o 65 puntos? Para mí ninguna. No sé cómo era antes de mirar ese numerito, ni cuando tenía un SSI de 50, 30, 20 o 10. Sólo sé que estoy en esta red para vender mi forma de entender el marketing y aportar valor a otros, igual que otros me lo aportan a mí. Estar por estar no me interesa, como no lo hago en ninguna otra red. 


Lo curioso es que en estas dos semanas, sin actividad, mis publicaciones anteriores siguieron generando a diario reacciones. Me siguieron llegando solicitudes de conectar y hasta propuestas profesionales por mensaje directo.


Es decir: Sí, Linkedin me sirve para vender-me (y si lo supiera hacer mejor, seguramente aún más, pero soy más bien pasivo en esa faceta). Pero quiero creer que se debe al contenido que comparto, y no a la cantidad.
 


Lo mismo que he hecho siempre en el blog o en el resto de RRSS: no le hago ningún caso ni al algoritmo ni al mismísimo bot de Google. Escribo lo que quiero y cuando quiero. Intento ser original y aportar valor, por mi satisfacción personal. No sé si lo logro, pero mi conciencia está tranquila en ese aspecto. Y a mí me funciona.



Menos trucos en Linkedin y más trabajar


En cuanto a los trucos que muchos usan para tener más visibilidad, el que más deploro es el que roba contenidos a otros. Ya sabes, ves algo original, lo copias tal cual sin citar la fuente y lo publicas como tuyo. A veces es tan descarado que da la risa. En alguna ocasión seguro que yo también lo he hecho, porque una vez que vas a ver el link original o la fuente, puede que no recuerdes quién te la descubrió. Por eso, siempre que soy consciente, cuando veo un buen contenido en Linkedin lo comparto completo, desde la publicación del otro, y añado mi entradilla personal. Sumenos, no restemos. Si vamos a hacer ruido, que sea para todos. No es tan difícil. Y total, a Linkedin le va a gusta más eso, porque lo que busca su algoritmo es que tú hagas su trabajo, y viralices los contenidos que consigue gratis. 


Así que si lo que buscas es Linkedin es trabajo, puede que lo estés haciendo ya para ellos, y gratis. 


Asegúrate de que lo que compartes te sirve, aunque al principio lo vean solo unos pocos, para venderte como eres y lo que sabes hacer. Que sea algo que hable realmente de ti, que incluya tu opinión, y que quien lo lea pueda pensar: “aquí hay una idea interesante, me gustaría hablar con él” o “por fin alguien que entiende mi negocio como yo”. Porque si no, solo estarás siendo visto. 


Por supuesto, también puedes usar la red sólo como lector, la mayoría de usuarios en redes no publica ni comparte. En cuyo caso, tus contenidos genéricos viralizados jugando a ganar puntos en un ranking tendrían mucha utilidad… para Linkedin.


El juego puede ser adictivo, especialmente si alimenta al ego. Es la esencia del éxito de las RRSS. De todas, Linkedin puede ser realmente útil si la sabemos utilizar. Pero recuerda que tiene que estar a tu servicio en un win-win. Así que piensa en los contenidos de Linkedin como en esa pelota que va a buscar corriendo el perrito cuando juegas con él. Y decide si quieres ser el que la lanza, el perro o la pelota.

29 julio 2021

Publicidad Honesta: ¿adiós a la sonrisa Profiden?

Publicidad Honesta y el fin de la sonrisa profiden


Los más viejos del lugar recordarán ese meme preinternet basado, como tantos, en un slogan publicitario: “Tener sonrisa Profiden”. Hoy muchos usarán seguramente esa frase como sinónimo de sonrisa perfecta y no sabrán de dónde viene, pero fue uno de esos grandes ejemplos de cómo un mensaje publicitario puede calar en la cultura popular y cómo un buen copy puede ser eficaz durante décadas. Y cómo la televisión, especialmente en la época en que era la reina absoluta de la publicidad, puede implantarlo en nuestros cerebros. Para hacerse una idea del nivel de anunciante que esta marca alcanzó en España, basta ver este spot que utilizó al grupo musical más famosos de su época, los mismísimos Hombres G.



Hoy la marca es usada como residual por Colgate. Y es precisamente de esa de la que trata este post. Hoy quiero hablaros de la campaña que ha lanzado en Portugal y que rompe definitivamente con el paradigma de la belleza estándar, empezando por la sonrisa perfecta, y para más INRI, con una sonrisa.


Colgate, la sonrisa perfecta del Siglo XXI y la publicidad basada en personas reales


Antes de analizar el caso de estudio que verás más abajo, vamos a recordar los orígenes. La “belleza real” de Dove fue solo el principio. Sus cuerpos normales de verdad, de todas las edades, formas y etnias, utilizados como modelos en campañas publicitarias, fueron impactantes desde que aparecieron en los medios por su apuesta por la honestidad. 




Una apuesta que consistía en ser honestos con su público y no prometerles que se verán como esas modelos y actrices de las series americanas, que a su vez parecían imitar a las Barbies. Una muñeca, por cierto, que tampoco es ya lo que era


Se trata de una defensa de la diversidad que hoy es, para mí, la mayor tendencia que puedes observar en el marketing y que es reflejo, como siempre, de los movimientos sociales de hoy.


Y, sin embargo, hasta la Belleza Real de Dove nos acabó pareciendo irreal, pese a que renunciaron, según dijeron, incluso a retocar las fotos de esos cuerpos perfectamente imperfectos (sin "distorsión digital", dicen en su web). 


De hecho, hay una paradoja en todo el modelo de negocio de los productos de belleza, como en los de la moda. ¿Cuánto podemos retocarnos o arreglarnos y seguir siendo “naturales”? ¿Cómo podemos vestir a nuestro gusto sin seguir modas o ser consumistas? ¿Qué es aceptable en nuestra imagen más allá de la necesidad real o fisiológica? Sin duda serían muchos los debates que se desprenden de estos planteamientos, y muchos los he analizado con profundidad en El Buen Capitalista


Pero centrados en el caso que nos ocupa aquí, una pasta de dientes tiene como principal utilidad la salud bucodental, y si eso repercute en ser más atractivo para los demás, mejor. Y, sin embargo, hemos asociado durante décadas una boca sana a una perfectamente alineada, como un ideal más de belleza. (Seguro que aquí un odontólogo podría decirme que unos dientes bien alineados y con buena mordida son necesarios para, por ejemplo, la masticación correcta. Cierto. Pero la realidad es que millones de personas en todo el mundo no tienen los dientes típicos de una “sonrisa profiden” y, dentro de unos límites, están perfectamente sanos. Y que no todos pueden permitirse una ortodoncia… pero esa también es otra historia.


Por eso, que una marca de dentífrico líder como Colgate utilice la imagen de una sonrisa con dientes “imperfectos”, que inmediatamente llama la atención, nos epata y lleva a la sonrisa, es más importante de lo que parece.




La marca se está dirigiendo a todos nosotros, a esa mayoría que tenemos unos dientes no alienados perfectamente. Y está promoviendo un hábito de salud desligado de la estética. O alejada de la estética y roles de belleza estándar. 





Vale, el movimiento no es perfecto porque sigue siendo una modelo blanca y con el resto de facciones que sí podríamos encuadrar en otros estándares, pero es un paso. Y además, últimamente me planteo un debate secundario sobre qué va a pasar ahora con quienes se corresponden de forma natural con esos perfiles que antes eran los estándares de belleza ideal… ¿los vamos a discriminar por ser lo que antes llamábamos guapos? Todo tiene cara A y cara B. Lo malo era cuando solo había una cara.


Hablando de cara B, todo esto siempre tiene más sentido si pensamos en la cara comercial y el negocio puro. ¿Cuántas ventas de pasta blanqueadora estaban perdiendo entre quienes no tenían además una dentadura "perfecta" como la de los anuncios? Imagino que en sus cálculos, esta variante de marketing sobre nichos y targets se habrá contemplado. 


Más ejemplos de publicidad honesta


Este ejemplo de Colgate es solo uno más de la segunda tendencia publicitaria actual, que asociada a la diversidad, vamos a ver repetida en los próximos meses con mucha frecuencia: la hiperrealidad.


Ya hemos dicho que Dove marcó el camino. Hace muchos años, ya conté en comicpublicidad el caso del “adelgazante” Alli, que utilizaba como modelos a  representantes de su target real, personas que hoy llamamos "curvys", en lugar de modelos ya delgados como aspiración irreal y desonesta. 


Porque se trata de eso, de no engañar al consumidor. De mostrarle el producto tal y como es, y que las personas se vean reflejadas en los modelos que aparecen y en lugar de hacerles querer ser como ellos, decirles que la marca es para ellos sean como sean. 


Parece lógico, pero en casi un siglo de Publicidad moderna, era inaudito.


Tan inaudito que cada vez que hay un nuevo ejemplo muchos profesionales se llevan las manos a la cabeza y se indignan o burlan de quien quiere hacer una campaña con gente real. Ha sido el reciente caso del vídeo publicado por el Centro Comercial El Faro de Málaga


Un vídeo del Centro Comercial El Faro en Málaga


Su vídeo podemos considerarlo “cutre” y de “aficionados”. ¿Y qué importa? En tiempos de Social Media en que las marcas suspiran por que los usuarios hagan vídeos igual de cutres (AKA: naturales, en directo, sin artificios...) para subir a sus redes hablando de ellos... que una marca lo haga directamente es lo más práctico. Si además se logra la viralidad inmediata por esa salida de tono, mejor. Y si enfada a las agencias que creen que lo podrían haber hecho mejor, pues se siente.


El vídeo en sí es un concepto ya muy trillado: un flashmob en el que los trabajadores del centro comercial cantan y bailan un jingle promocional. No hay sorpresa, ni originalidad. Ya lo hicieron en Sabadell y también hubo risas virales. La memoria en internet es corta.





Y anuncios con gente cantando y bailando hay tantos, que solo tienen razón de ser porque siguen funcionando, por mucho que a mí y a muchos nos resulten cansinos. Lo que tiene este de especial es que las dos personas que cantan lo hacen…. ¿mal? No, lo hacen como lo haría el 90% de nosotros. No son profesionales, no tienen que serlo, y no lo han disimulado. Esa es la genialidad. 


La valentía de que la voz desafine y no lleve el ritmo y compás. Que sean reales. Otro sacrilegio para los puristas, que se creen realizadores de videoclips en lugar de publicitarios. Pues se siente.


No sé hasta qué punto es intencionado, y realmente me interesa poco. Lo que me queda del vídeo, además de su viralización más que previsible y el amor/odio al mismo en redes, es la presencia de diversidad, naturalidad y personas reales en lugar de modelos y bailarines. Compara con los otros en los que cantan y bailan y dime cuál te crees más. Con cuál te identificas más. Con cuál empatizas. Y recordemos que estamos en un momento pandémico en el que el comercio necesita transmitir que en cada tienda o restaurante hay trabajadores y familias. Personas como tú. Amigo publicitario: Revisa tus criterios sobre lo que es un insight y una estrategia de marketing antes de juzgar el spot. 


También la comida puede ser real en publicidad


Y esta búsqueda de la realidad y la honestidad llega también a la fotografía de producto con Burger King y su “belleza real” de las hamburguesas.  


También se ha hablado mucho de cómo el retoque fotográfico de los alimentos roza la estafa y el fraude y, sobre todo, genera frustración entre lo anunciado y lo que te tragas. Porque a veces, más que comernos algo, nos tragamos un producto que si lo vemos antes de abrir el envase se lo damos al perro. O ni eso.


La agencia La Despensa, lazó una campaña de exterior en la que asegura que las hamburguesas de la foto son tal cual te las van a dar y te vas a comer en Burger King, y eso las hace bellas. O reales y por tanto creíbles.


Incluso utilizan eslóganes "robados" de otras campañas honestas como "la arruga en bella".



 


Una vez más, la importancia de este tipo de campañas no es la anécdota, ni que sea una tendencia o moda pasajera. Lo importante de dar el paso hacia la publicidad honesta es que obliga a las empresas a serlo. A ser transparentes y hacer buenos productos que se vendan por serlo, no por lo que parecen ser. Y esa, estoy seguro, sí que es la verdadera tendencia del marketing para los próximos años. Unas tendencias que expliqué en El Buen Capitalista y que si te ha interesado este post y quieres saber más, te invito a leer. Y para estar al día de estas tendencias, puedes seguir la página de Facebook del libro, donde voy actualizando casos de estudio.




El Buen Capitalista (En versión Papel o eBook). Cómpralo aquí.

11 marzo 2021

¿Contratarías a un gurú de internet?



contratar a un gurú


Diez años después de la publicación de Gurú Lo Serás Tú, parece estar de plena actualidad gracias a la llegada de nuevas redes como TikTok o Clubhouse, pero sobre todo, a una nueva crisis en ciernes que hace saltar bajo las piedras de internet a los vendehumos, perdón… consultores, expertos e influencers de todo tipo. 


Soy consciente de que en muchas ocasiones me comporto como uno de ellos. Solo puedo decir que es a mi pesar y que no es intencionado. También, prometer que intento evitarlo cada vez con más fuerza. Porque, si bien como profesional independiente (unas veces freelance autónomo, otras asociado, otras emprendedor con equipo de colaboradores) es necesaria cierta labor de marca personal, literalmente para vender lo que haces, en otras se trata solo de ego o pérdida de tiempo. Y lo primero es igual a lo segundo. En pocas palabras, y siendo honesto: a veces no me aguanto ni yo. Como para aguantar a otros.


La pregunta es ¿soy el único al que le aburre soberanamente ver todo el rato a los mismos dando consejos y vendiendo-se? ¿Te los crees?


Recordemos que desde la llegada del social media, siempre ha habido quien solo mira, quien mira y reacciona de alguna forma (like, RT, comentario…) y quien crea contenido de forma activa. Prosumers. Y es cierto que gracias a ese porcentaje de usuarios súper activos encontramos mucho contenido de valor. ¿Pero qué es exactamente valioso? 

Yo que he reducido mi presencia en RRSS a lo mínimo que considero necesario (recientemente borré miles de tuits personales de @comicpublicidad para dejarlo solo como corporativo) aportar valor es lo que intento en la que más uso ahora, que es Linkedin. Mi intención es compartir reflexiones rápidas o material externo que encuentro. Mi objetivo es, de verdad que lo intento, generoso. Pero también, mentiría al negarlo, tener visibilidad y contar qué hago, a qué me dedico y cómo pienso. Me vendo. 

Porque es mi trabajo. Pero me vendo. Generosidad pero no totalmente altruista. Mea Culpa.


Así que la segunda pegunta es ¿contratarías al típico gurú de las redes que está todo el día, pero todo el día, publicando en sus perfiles?


Los conoces y los has visto hoy mismo. Entras en Twitter o Linkedin y allí está una de sus publicaciones. Y otra. Y otra… una detrás de otra. Y un comentario en la publicación de otros. Y otro, y otro. Mucho contenido interesante, pero también mucho de estar por estar y llamar la atención. Preguntas sin relevancia para generar respuestas. Confesiones no pedidas. Simpatía y cercanía a raudales unas veces, o ganas de poner los puntos sobre las íes a todo lo divino y lo humano. Esos que solo saben corregir, enmendar y quedar por encima del que ha creado el contenido original son los más cargantes. Trolls aparentemente educados, pero trolls. 

Vale que la gracia está en el intercambio de ideas, el debate y el aprendizaje, pero oye, un poco de humildad ¿pa’cuando?


Personas que parece que no solo viven de internet, sino que viven en internet.


Abras cuando abras una red, están allí. Y al final, la duda que me entra siempre con ellos es si trabajan o son gurús a tiempo completo.

Vuelvo a mirarme al ombligo y reflexionar. Cuanto más trabajo tengo, menos tiempo para estar en mis RRSS. Tampoco tengo muchas ganas ya, pero eso es otra cosa. En Instagram muy raramente publico, voy de mirón. En Facebook, no llego a una vez al día ni en el personal ni el de cualquiera de mis proyectos, pago por la visibilidad cuando la necesito. Al fin y al cabo, siempre defendí eso. En Twitter, además de borrar los antiguos y cambiar el avatar por el logo, si publico dos o tres veces al día ya son muchas (y generalmente desde fuera, usando el botón en la web de lo que voy a compartir). Donde más publico es en Linkedin, precisamente porque es esencialmente profesional y creo que me aporta valor. Por otra parte, mi trabajo me exige investigar mucho, leer mucho y consultar muchas fuentes. Mucho de lo que descubro me motiva a compartirlo por si a alguien le sirve. Y hasta como forma de archivo personal para localizarlo más adelante. Además, es una forma de microblogging, con post cortos en lugar de otros más largos aquí, como hacía hace mucho, cuando publicaba aquí todos los días. Eran otros tiempos. Ah... la blogosfera...

Pero sí, lo uso como canal de ventas. Lo hago consciente de que puedo cansar con los temas y los hashtags. Pero es que, como red profesional, entiendo que una de las utilidades es la promoción de lo que cada uno haga. Escaparate de tus servicios profesionales, de tu marca y, en mi caso, fundamentalmente de mis libros. Que lo haga con más o menos estilo, más cansino o más entretenido, es mi reto y mi riesgo. Pero estar por estar, tampoco tengo tiempo. Porque la mayor parte del día la paso vendiendo, produciendo o entregando trabajos. Afortunadamente o porque ese autobombo sirve de algo. A veces, así ha sido. Pero…  ¿Qué harán los que publican cada dos minutos? ¿Tendrán trabajo o alguien trabaja por ellos? Qué suerte.


¿Trabajas o eres gurú?


Cierro ya el post con la gran pregunta que me hacía, os hacía, al principio. ¿Contratarías a alguien que está todo el rato en redes? Si es un community manager, lo entiendo. No solo estás obligatoriamente conectado y te da igual tuitear para una marca que para ti, sino que te sirve para probar cosas y puede ser un buen escaparate para vender sus servicios demostrándolo. Si eres periodista, igualmente sirve para estar al día y fortalecer tu firma con tu opinión pública más allá del medio en el que escribes. Y captas lectores para tus trabajos en prensa.  Pero si eres profesional, aunque sea de marketing, con otro tipo de obligaciones, no me creo que puedas estar tuiteando como una metralleta o contestando a todas, todas, todas las publicaciones de otros como si ese fuera tu trabajo. O yo soy muy torpe y lento, o tú eres muy inteligente y capaz de concentrarte en un minuto y crear algo en dos, y seguir tuiteando a la vez. O lo haces mal y con errores, o eres un genio. Un auténtico gurú que, desde luego, merece ser contratado. Enhorabuena. 

Personalmente sospecho que los que están todo el día en redes o no tienen trabajo, o no tienen familia, o no tienen otra cosa que hacer o ninguna de las tres cosas a la vez. Por mucho que algunos digan que es precisamente todo lo contrario y no paren de presumir de todas las visitas que hacen, todos los contratos que firman, todos los mails que responden, todas las videocalls, seminarios, clubhouse, podcast, artículos a los que atienden y premios que recogen. No sé, Mike. No me lo creo.


Sobre si de verdad hay gente que espera o necesita tus opiniones, y se ponen nerviosos cuando te vas de vacaciones y no publicas en dos días, no hablamos.


En todo caso, como digo desde que hablo del tema, cada uno usa las redes sociales como quiere. No hay normas más allá de las que cada red pone. Tan solo consejos y ensayo/error.

P.D. Por supuesto, es muy probable que todo lo que he dicho en este post me represente. Aunque sería a mi pesar. Y el primer paso para corregir un error es reconocerlo. 


Gurú lo serás tú, décimo aniversario


 

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17 febrero 2021

Cómo mejorar tus redes sociales en tres pasos




Está claro que la relación amor odio que mantenemos con las redes sociales nos atrae tanto como nos espanta. Al menos, a muchos. Aunque predije irónicamente que iban a desaparecer en 2012, siguen ahí las principales tras una criba en la que solo podían quedar las mejores. Incluso aparecen nuevas como Clubhouse que prometen llenar un hueco cada vez más estrecho en el mercado. Pero ojo, que también hay amenazas de supervivencia para las aparentemente intocables por desgaste. Dice Jored A. Brock en Medium que “Facebook está muerta pero simplemente no lo sabe”.  Veremos, igual acierto diez años después.

Pero como siempre digo, no hay nada bueno o malo en sí mismo sino que depende del uso que le demos. 

Las RRSS tienen muchas cosas buenas a las que, sinceramente, es difícil renunciar. Así que lo mejor es sacarle el partido a las oportunidades y esquivar los defectos: el odio, el ruido, la saturación publicitaria y las fake news. Y es más fácil de lo que parece. Simplemente, la inteligencia humana puede ganar a la artificial.

Tus redes sociales no son tuyas, pero tú decides cómo las usas.

Lo he dicho muchas veces, internet no es tuyo. Se siente. Que se lo digan a Donald Trump. Los servicios que usas, gratis o no pertenecen a empresas privadas que te dejan usarlas según su acuerdo de condiciones que has aceptado. Sí, ese que pasaste corriendo cientos de páginas sin leer.  Pero una vez dentro, el uso lo decides tú dentro de esas normas. Siempre he creído que cada uno puede hacer lo que le de la gana en sus redes sociales, por ejemplo que no hay por qué ser simpático en Twitter . Y esto son solo consejos personales que he aplicado en mis redes. Y me han funcionado.


Lo primero y esencial: Olvidamos que el algoritmo aprende de nosotros. Así que en lugar de dejar que sea él quien decida y se convierta en un círculo vicioso, cámbialo por uno virtuoso. Dile lo que quieres ver y tu día a día cambiará de color. Si quieres.


Lo segundo, el contenido principal no lo decide el algoritmo si tú no le dejas. Nadie le da a seguir a alguien o hace me gusta en una página por ti. Lo haces tú. Así que si en tu muro hay basura, la mayoría la has dejado tú ahí.

Lo tercero, que podría ser lo primero, debes pararte a pensar para qué estás en una red social. Preguntarte qué buscas de otros y qué quieres compartir de ti mismo. ¿Es interés profesional? ¿Quieres estar al día de las noticias? ¿Quieres saber qué hacen tus amigos? ¿Quieres vender algo? ¿Buscas gente que comparta aficiones? Todo eso es posible hacerlo, simplemente hazlo. 

Tres pasos para mejorar tu experiencia en Redes Sociales

1. Borra, bloquea, elimina, deja de seguir. Sí, drásticamente. Sin miedo. Salvo que necesites estar atento a tu enemigo, seas masoquista o te de igual. Limpia tu muro y serás más feliz. El odio alimenta más odio y el algoritmo creerá que te gusta el odio. Y el ruido con infoxicación que no necesitas ni quieres solo sirve para peder el tiempo. Menos es más.

2. Busca nuevos intereses a los que seguir. Una vez que has hecho sitio a lo Marie Kondo, hay tanto bueno entre la basura que solo hace falta que lo elijas tú. Y no solo aceptar las sugerencias. Es una forma de hackear al algoritmo: después de esa limpieza y selección, como por arte de magia, esas sugerencias serán cada vez mejores.

3. Vuelve al básico de visitar el muro. ¿Te acuerdas cómo era al principio? Entrabas en el muro de alguien a ver lo que había actualizado, como quien entra en una web o un periódico. Luego nos acomodamos a que el muro nos pusiera las cosas, pero solo pone unas cuantas. Y si no entras o reaccionas a publicaciones de lo que te gusta cada vez las verás menos. En esto la cadena de memes que te pide que entres en su muro, comentes o le des a “seguir” sí tiene razón. Repasa las personas y páginas que sigues. Verás que muchas de ellas han publicado cosas interesantes que no has visto. Si son páginas te habrás perdido más o menos el 95%. De algunas, el 100%. Vuelve a entrar en ellas y en lo que te guste haz clic. Y poco a poco tu muro tendrá directamente las cosas que quieres ver.

También puedes darle a “seguir” que es mejor que “me gusta”, porque te garantiza que verás las actualizaciones y en muchas redes no hace falta que conectes o seas amigo.


Una cosa más... las RRSS están programadas para que creen adicción y provoquen nomofobia, el miedo a perderse algo. Por eso tienen scrolls interminables, pero sobre todo, un sistema de alertas que te saltan cada vez que pasa algo que ellos creen que no puedes perderte. Y no solo cuando interactúan contigo directamente o te etiquetan. También cuando "fulanito acaba de compartir algo" o "está en directo, no te lo pierdas". El último consejo sería que las elimines todas y decidas cuándo, cómo, por qué y durante cuánto tiempo vas a estar navegando por ellas. Pero eso ya, es tu libre elección, como los otros tres puntos. 


Y con tres pasos fáciles, verás el mundo mucho más bonito.

De todas formas, también puedes abandonarlas totalmente. De Facebook también se sale. Y si eres empresa, también puedes escapar de su control.


12 febrero 2021

Los anuncios bizarros de aftershave que te dejarán loco


Si en el último post decía que la publicidad es cosa de locos y aprovechaba para reflexionar sobre cómo hoy ciertos mensajes atrevidos, por más que los disfraces de humor, no pasarían el censura del pensamiento único dominante en redes sociales, ahora te muestro una campaña que me ha dejado loco desde que la descubrí por casualidad.


Mucho antes de que AXE hiciera sus campañas machistas estaba Hai Karate

No era un desodorante, sino un aftershave, producto mucho más popular e imprescindible en otra epoca en la que un hombre decente era impensable que no se afeitara.  Pero comparte un insight claro y meridiano: con el perfume de este aftershave vas a atraer a las mujeres cual flautista de Hamelín. Aunque seas, perdonadme el atrevimiento acorde con el tema, una piltrafilla. Tato, que más te vale saber karate... 




En estos casos, siempre me quedo con las ganas de saber qué fue primero, si el naming o el claim. 


Hoy todo estaría mal en este anuncio

A ver, por dónde empezamos a tuitear y montar boicots:

  • El prototipo de mujer
  • La cosificación de la mujer
  • El concepto de atracción sexual
  • La violencia implícita
  • Y la ridiculización del varón



Bueno, seamos sinceros, lo de ridiculizar al hombre nunca ha estado mal visto y los anuncios en los que el hombre parece idiota son muchos. De eso ya hemos hablado otras veces.

Pero en estos anuncios es que parece que te están diciendo que no lo compres, que va a ser peor:

La cuestión es que los ves y si no te hacen gracia, es porque no te gusta ese humor o porque estás tan hipersensibilizado que no aceptas este tipo de cosas. Al fin y al cabo, hasta Disney está revisando sus clásicos.

Ver: 

Valerie Leon Hai Karate Aftershave Commercial - Swimming Pool Holiday


Ver: Valerie Leon Hai Karate Aftershave Commercial - Hospital



Valerie Leon, de profesión sex symbol sin complejos

Los anuncios que he compartido (hay más) están publicados en el sitio web oficial de la actriz y modelo inglesa Valerie Leon. Valerie es el prototipo de sex symbol en los 60 y 70, heredera de las Pin Up de los 40 y 50.

Tiempos en los que ni se les pasaba por la imaginación que una mujer pudiera tener otras medidas, otra estética y menos aún, otros roles. No como ahora, que es obligatorio.

Apareció en películas de 007 como Chica Bond, en La espía que me amó (1977) y la «no oficial» Nunca digas nunca jamás (1983), en comedias como La venganza de la Pantera Rosa (1978) y filmes de fantasía de serie B como Blood from the Mummy's Tomb (1971) pero siempre con el mismo estereotipo.

Aún hoy, si quieres, su agente te hará llegar una foto suya firmada y dedicada, con solo pedirlo en su web. Donde también podrás ver el resto de anuncios que hizo, como este otro en Blanco y Negro:

Ver: Valerie Leon Hai Karate Aftershave Commercial - House Visitor - 5 Second Drops




P.D. Para los tiquimiquis, he usado el adjetivo Bizarro tanto para valiente y atrevido como para raro. Porque sí. Estoy loco, lo sé.


29 enero 2021

La Publicidad es de Locos (y locas)



Cada último viernes de enero se celebra el Día de la Publicidad, trasladado desde el 25, festividad de San Pablo y patrón de los publicitarios. El trabajo en una agencia de publicidad es demasiado apretado un día normal para poder parar completamente por festividad patronal y por eso se deja para un viernes (que además, lo normal es tener solo media jornada). Esa es la teoría, yo no recuerdo haber dejado de trabajar ese día en 30 años de carrera, aunque las grandes sí que lo hacen, y algunos departamentos de los medios o marcas. Pero como digo, el día a día es una locura y o te gusta mucho lo que haces, o te vuelves loco si no lo estás ya.

La publicidad está más viva que nunca, loco

Es ya una vieja guerra, aburrida, pero no se rinden. Cada día alguien proclama el fin de la Publicidad, su muerte. Lo llevan haciendo décadas. En los primeros 10 años del siglo XXI lo defendieron vehementemente todos los apóstoles digitales, a los que les dediqué con cariño mis libros Gurú lo serás tú (2011) y La Publicidad Me gusta (2012). Hoy siguen diciéndolo, aunque en este tiempo he visto cosas que no creerían: 

Agencias de Social Media que no creían en la Publicidad, convertirse en agencias de publicidad, asociarse al Club de Creativos y presentarse a festivales. O agencias de Influencers que no creían en la publicidad, querer comprar agencias de publicidad para crecer. 

También he visto cómo Zara hacía publicidad aunque los gurús lo nieguen, o que un anuncio de cerveza sea Trending Topic y portada de periódicos. En fin, cada uno vende lo que quiere o lo que puede. Yo estoy loco por la publicidad y aquí sigo. Por eso os traigo algunos ejemplos de locuras de la publicidad, un poco de todo, para que hagamos fiesta.

¿Hay que estar loco para hacer un anuncio hoy?

La publicidad no ha muerto, pero la libertad creativa puede hacerlo. Si algo ha cambiado con el Social Media y las RRSS es que ahora un anuncio puede ser viral y compartido gratis por el público, pero también puedes estar seguro de que habrá una masa de gente dispuesta a lincharte por sentirse ofendida de alguna manera con tu anuncio. En Twitter nadie escapa a eso. Y una marca, más si es relevante, menos. Y con la llegada del “propósito” se agudiza, porque ahora parece que todos exigimos a las marcas que sean mejor que buenas. Que nos salven. Y si bien yo lo defiendo a capa y espada desde los tiempos de Change Marketers (2014) hasta El Buen Capitalista (2019), lo hago siempre desde el principio de libertad de elección de cada cual. Y dejando claro que no hace falta salvar a la humanidad vendiendo caramelos, que basta con no deteriorarla contaminando, esquilmando recursos o explotando laboralmente a los trabajadores. Pero hoy, en ese ejercicio de hipocresía comunitaria al que asistimos diariamente, digas lo que digas será malinterpretado por alguien que te montará un boicot por lo que antes nos reíamos. 

Se pregunta Selena Schleh en Shots.net: ¿qué pasa cuando el 'escrutinio' se convierte en trolling directo y los comentarios indignados, lejos de estar justificados, son de hecho intentos cínicos de apoderarse del debate y otras agendas más nefastas? ¿Cómo pueden las marcas hacer malabares con la necesidad de tener un propósito y defender sus convicciones con la amenaza constante de cancelar la cultura? 

La respuesta la pone en palabras de Grant Hunter (ECD global de Iris): 

"Las mejores ideas siempre se polarizarán: cuando estás creando un trabajo progresivo que hace avanzar la conversación, siempre habrá quienes se sientan amenazados por ello".

Es decir, hay quien piensa que hoy más que nunca las marcas deben atreverse con ideas locas, provocadoras, porque al final, son las que generan debate y logran impactar. Otros en cambio consideran que hay que ser más prudente y aséptico que nunca. Pero para un publicitario de verdad, un creativo de casta, eso siempre le parecerá cobarde. 

José Luis Moro, uno de los creativos españoles más famosos y con campañas verdaderamente locas en su portfolio, me descubría el artículo citado y compartía en su linkedin  un ejemplo de publicidad valiente, que sabe reírse de sí misma y de todo lo demás. Una pieza que da doblemente envidia: por la creatividad del publicitario y por la valentía del anunciante. Sin ese tandem, no hay éxito.


Puedes leer el artículo citado entero aquí: Shock ‘n’ troll: Is moral outrage stifling creativity?

También hay quien cree que hoy lo mejor que pueden hacer las marcas por nosotros es divertirnos como antes. Qué locos.


¿Anunciar algo que no existe? ¿Estamos locos?

Para locuras, la que también encuentro en linkedin gracias a Javier López Piriz compartiendo “La loca historia de los comerciales de productos inexistentes en la URSS” 

Como seguramente saben, en un sistema comunista no existe la publicidad puesto que no hay marcas y por tanto no hay competencia.  Sin libre mercado, no hay libertad de elección y lógicamente, la única publicidad que habrá será la propaganda. ¿Seguro? Pues lo crean o no, entre 1967 y 1991 existía una única agencia de publicidad en la URSS y el gobierno soviético obligó a gastar el 1% de los beneficios de las compañías estatales en publicidad. El problema era que esas compañías fabricaban tan pocos productos y había tan poco stock, que ante la obligación de hacer anuncios ¡anunciaban cosas que no existían!  Eso sí, dado que los pocos productos de calidad que existían se agotaban rápidamente, y ante la rareza de un anuncio, los espectadores pensaban que “si se publicitaban es que tenían que ser de baja calidad.” cuenta el blog Russia Beyond.

De los más de 5.000 anuncios que realizaron solo se han conservado 52. Y si esta historia no te ha dejado helado, tal vez este spot lo haga.



Locas del coño en Publicidad

Que nadie se lo tome a mal, porque es el típico titular o claim provocador que busca captar tu atención y que sigas leyendo. Como han querido hacer este año en la agencia Grow para celebrar San Publicito ,idea original de Peanuts & Monkeys (a quienes entrevisté en el programa Metrópolis: Metapublicidad.) que posteriormente ellos transformaron en Santa Publicita, denunciando una triste realidad: el techo de cristal en las agencias de publicidad es más duro que en otros sectores. 

“Asombrosamente”, aunque más de la mitad de las estudiantes de publicidad sean mujeres, tan solo el 1% de las directoras de agencias lo son. En los departamentos de marketing de las marcas el porcentaje es un poco mayor, yo mismo y desde siempre trabajo con muchas mujeres que me dirigen desde las marcas, pero en las agencias parecen estar relegadas a Medios, Producción o Ejecutivas de Cuentas. ¿Dónde están las Directoras Creativas? Pues para reclamar que salgan a la luz y que tengan el lugar que les corresponde, han lanzado la campaña: Menos coñas y más coños. Y si piensas que están locos, mira el vídeo:




Lo cierto y verdad es que, como ocurre en tantos sectores, cuando se publica una lista de los profesionales más influyentes, miembros del jurado o similar, al final casi todos son hombres. Y ya huele. Aunque, mire usted por dónde, en esta lista de ReasonWhy , la única que hay es la primera. Mónica Moro tiene poco que demostrar ya, pero le costó lo suyo, no crean.



Entre todos los Mad Men, esta loca destacó.

Que las mujeres lo han tenido más difícil siempre para ser creativas en una agencia (entiéndase, para ocupar ese puesto, porque creativas lo eran y lo son) se comprende muy bien viendo la serie Mad Men (los hombres locos/ los Hombres de Madison Avenue) a través del personaje Peggy Olsen (interpretado por Elisabeth Moss).  ¿Pero existió realmente?


Mary Wells Lawrence cambió la publicidad para siempre. Este es un hilo sobre su historia y cómo se convirtió en una leyenda de la industria publicitaria en la década de 1960.




El twitter de @unclebernbach  nos cuenta que algunos creen que Mary Wells Lawrence era la Peggy Olsen de Mad Men en la vida real; una redactora brillante y una gran jefe de copys. Una loca de la publicidad que se atrevió a hacer locuras.

Mary fue mucho más que eso. Revolucionó la industria publicitaria y abrió una de las agencias más de moda de los años 60/70 con ideas como: "La mejor publicidad debería ponerlo nervioso por lo que no está comprando". 

La primera agencia de Mary fue McCann-Erickson, donde trabajó desde 1953 hasta 1956. Luego se mudó a DDB, donde finalmente se convirtió en la jefa de copywriting en 1963.

En 1964, Wells se fue para convertirse en socio de la nueva empresa Jack Tinker & partners. En la agencia, produjo un trabajo icónico para el fármaco antiácido Alka-Seltzer y creó el trabajo pionero "End of the Plain Plane" para las aerolíneas Braniff.

En los años 60, la publicidad de medicamentos era aburrida. Los anuncios se centraron en cómo los medicamentos aliviaron los síntomas del dolor. Mary decidió que necesitaban entretener a la audiencia, no solo informar, para contar la historia de lo útiles e innovadores que eran los productos de Alka-Seltzer.

(ver en Twitter @unclebernbach)


Decidieron publicar una serie de 16 anuncios divertidos, cada uno con una razón diferente para tomar Alka-Seltzer. Este anuncio desafiaba la publicidad de medicamentos tradicional: no mostraba a nadie con dolor y se basaba en el humor de autocrítica para conectarse con la audiencia. Una locura:



La Publicidad se odia o se ama. Lo único que tengo claro es que para trabajar en esto hay que estar muy loco. Loco por la Publicidad, que no deja de ser una forma de amarla. Y como decía Friedrich Nietzsche: “En el amor siempre hay algo de locura, más en la locura siempre hay algo de razón.”



¿Te imaginas el marketing sin Redes Sociales? Yo, sí.

Para quienes hemos aprendido a vender y comunicar por cualquier medio disponible antes de que llegara internet, pensar en un futuro sin Rede...