Echa un vistazo a cualquier anuncio y verás que en la gran mayoría de casos, la gente sonríe. Si no lo hace desde el principio, y hasta baila , lo hará al final cuando ya sea comprador de tu producto. Es una técnica básica del marketing y la publicidad. Vendemos felicidad aunque sea un desatascador de fregaderos. Pero ahora un estudio alerta de que si de verdad quieres vender, mejor no sonreír demasiado ampliamente. Prueba con una media sonrisa o incluso, el gesto serio. En realidad se refiere a la sonrisa del vendedor. Un cliente puede reírse cuanto quiera satisfecho, pero el prescriptor o profesional que vende el producto, no. Cuidado, porque esto también aplica para tu foto de perfil en redes sociales, especialmente en LinkedIn. El artículo publicado en Journal of Consumer Research lo deja claro: “Hemos descubierto que las sonrisas amplias llevan a la gente a pensar que eres cálido o simpático, pero poco competente” Tal cual, lo explican con un ejemplo: Si ves una foto de
El blog de José Carlos León Delgado. Desde 2005, comentarios sobre publicidad, marketing, diseño y comunicación.