Cuando la economía iba a toda máquina, el problema más habitual era superar el "día a día" para dedicarle tiempo a labores más estratégicas de largo plazo. La escasez de recursos para iniciar acciones de márketing y comunicación puede ser una oportunidad fantástica para pararse un momento a pensar, y aprovechar el tiempo para cuando la cosa se reactive. Tarde o temprano la crisis acabará y quien se haya preparado correctamente, estará en ventaja frente a los demás.
Por otra parte, salvo que la solución sea prescindir de él, hay un departamento o un directivo que necesita ser rentable aunque el presupuesto del que disponga no le permita muchas inversiones.
Así que mientras se recortan gastos, aún se puede hacer un trabajo útil, como por ejemplo:
1) Revisar la identidad corporativa.
Ahora que baja la cantidad de anuncios de la empresa, es buen momento para analizar cómo ha envejecido nuestra marca. Si es necesario un restyling, mejor prepararlo ahora que hay tiempo y tenerlo listo para el nuevo despegue. Incluso puede ser estratégico lanzar una nueva imagen en malos tiempos como señal de fortaleza.
2) Revisar la gama de producto y packaging.
¿Está estructurada la gama de productos? ¿Son coherentes las etiquetas o envases por familias? Muchas empresas se encuentran con líneas de productos mal coordinadas por razones como las prisas en los lanzamientos o el mantenimiento de productos históricos conviviendo con novedades. El packaging es el primer anuncio y casi el único que muchos podrán tener en tiempos de crisis. Además, necesitarás ayuda extra en el lineal para competir sin la ayuda de la publicidad al recortar gastos. Estamos en una magnífica oportunidad para invertir en ajustar la familia de productos, eliminando los no rentables, y unificando criterios, modernizar el diseño, introducir comunicación comercial donde ahora "sólo hay una etiqueta"...
3) Implicar a la empresa en la creatividad.
No se trata de quitarle el trabajo a los profesionales, pero si hay un momento para implicar a toda la empresa en la creación de nuevos productos y promociones, es éste. Los empleados de otros departamentos también son consumidores, y saben lo que hay en la calle. Además, pedirles que aporten ideas y soluciones, promociones o nuevos productos les acercará a la idea de trabajar en común para salir adelante. Además, es probable que si han bajado las ventas o la producción, dispongan de algo de tiempo libre extra...
4) Fidelización de clientes.
No, no se trata de sacar un programa de puntos ni una tarjeta de cliente. ¿Cuánto tiempo hace que no llamas a tus clientes? ¿Lo has hecho alguna vez?. Pregúntales qué necesitarían, qué les puedes ofrecer, cómo mejorar...normalmente necesitas tiempo. Ahora lo tienes, y ya que no puedes invertir en publicidad, prepárate para cuando puedas...
Control de la competencia, archivo de muestras...¡hay tantas cosas que no da tiempo cuando hay que trabajar a destajo que podemos hacer ahora!
Comentarios
El tercer punto, por cercanía, es el que más me gusta. La implicación del empleado en el futuro de la empresa. Es evidente que no hay nadie más interesado que el trabajador por salvar su puesto. Por eso me altera el pulso aquellas regulaciones, despidos, etc... a cuenta de la crisis que no han tenido en cuenta la opinión de los propios trabajadores.
Un saludo.
Un saludo
llevan tantas horas trabajando que ya se lo han bebido todo...
La de implicar a los trabajadores...bueno, eso es algo utópico a veces. Tengo una experiencia muy reciente que demuestra que algunos trabajadores prefieren irse al paro que apostar por sus posibilidades. Además, tampoco se trata de crear una cooperativa, aunque a veces puede ser una solución.
Lo que si es cierto es que es un buen momento para escuchar a todo el mundo, y buscar innovación dentro de la propia empresa, que es lo más fácil, rápido y barato.
Un saludo.