La creatividad es algo que se demanda en la empresa moderna como un valor diferencial y competitivo que garantiza una posición de liderazgo. Pero ser creativo no siempre es ser original. La creatividad en muchas ocasiones surge de la capacidad de observar alrededor, estar atento y saber ver la oportunidad. Ser el primero en ver algo que ya está ahí, y saber cómo transformarlo
Siempre he creído que los emprendedores de éxito, necesitan tener cuatro cosas para lograr triunfar:
- Conocimientos previos (formación o experiencia)
- Capacidad de inversión (o de conseguir la financiación)
- Capacidad de gestión (o saber delegarla)
- Don de la oportunidad.
Para poner en marcha un proyecto, pienso que es necesario disponer de las cuatro cosas al mismo tiempo. Y probablemente, lo más difícil o lo que no se puede comprar, es esa visión de la jugada, esa capacidad para identificar una oportunidad. Una oportunidad que los demás verán como algo creativo cuando la vean llevar a cabo. Y esa oportunidad puede ser una idea totalmente nueva, o en los más de los casos, algo que hemos observado y hemos sabido convertir en nuevo.
Un magnífico ejemplo de esta teoría es el nuevo Té Chai Carmencita.
En España, el consumo de infusiones se limitaba hasta hace apenas una década a manzanilla, te rojo, y tila. Poco a poco se fueron introduciendo otras variedades como el poleo Menta, el té verde....Aunque en la mayoría de lineales de supermercados las variedades de té siguen limitandose al rojo, verde, ceylán y en menor medida especialidades clásicas de importación como el Early Grey y otros de Twinings. las tiendas especializadas como The Tea Shop empiezan a ser frecuentes y ponen a disposición del consumidor variedades más exóticas, aunque a precios menos populares.
Y por supuesto, la masiva implantación de Starbucks supone la adopción de hábitos de consumo propios de países anglosajones y el descubrimiento de nuevas opciones, como el Chai Te , una mezcla de te con hierbas y especias, que preferentemente se degusta con leche de soja, y que es uno de las variedades más populares de la cadena (bajo la marca Tazo).
La visión de negocio de la que hablaba al principio y atribuía a la marca Carmencita se demuestra en el lanzamiento de esta variedad en presentación standard de sobrecitos y a un precio por debajo de los 2 euros. El tiempo dirá si la vida del producto es larga o corta, pero de momento, demuestra capacidad de creación, competividad y todo un ejemplo de diversificación.
Pero no es una casualidad ni un hecho aislado. Carmencita es una de las marcas tradicionales que aún sobreviven como líderes rodeadas de multinacionales. Y eso lo han logrado gracias a un cultura de empresa y tradición emprendedora que se forja desde sus incios en los primeros años del siglo pasado.
Jesús Navarro Jover comenzó en 1920 en Novelda el negocio del Azafrán procedente de La Mancha. El nombre se debe a su hija Carmen. Ya en esa época tuvo gran visión comercial envasando a mano en su casa el azafrán en sobrecitos de papel de 90grs y venderlos por correo.
Posteriormente volvió a demostrar capacidad de creación de producto con el condimento, sustituto barato del azafrán. El negocio fue tan bien que en los años 50 ya trabajaban en él más 100 mujeres envasando y nombró representantes en Canarias, Andalucía, Madrid y Levante.
Con la aparción de las envasadoras automáticas, se comprometió a no despedir a nadie y para ello, nuevamente mostrando su capacidad emprendedora, diversificó hacia el mercado de las especias.
Actualmente, Proaliment Jesús Navarro, S.A. sigue siendo líder frente a las multinacionales del sector gracias en gran medida al arraigo de los "sobrecitos", y a su diversificación con marcas emblemáticas como el Flan Mandarín.
Comentarios
Un saludo
No son fuegos de artificio ni magia. La creatividad, si bien necesita de ciertas dotes innatas, se puede fomentar y desarrollar a partir de la observación.
Pero es que la gente creativa suele ser además gente curiosa.
Un saludo.