Lo primero es no mentir ni prometer nada que no pueda cumplirse. Si no podemos ofrecer ninguna ventaja, pues tendremos que intentar ser lo más objetivos posibles y decantarnos por un anuncio emocional o de imagen en el que lo que cuente, sea garantizar el recuerdo de marca.
De este tema hemos hablado muchas veces, pero hoy sólo es una excusa para enseñaros este chiste de la web de humor sobre el trabajo de un redactor y un director de arte llamada Words & Pictures. Una sonrisa no viene mal de vez en cuando.
Comentarios
Si la respuesta era que se trataba de un producto más, el consejo era ahorrarse el dinero de la publicidad y reinvertirlo en mejorar el producto.
Probablemente la anécdota se haya idealizado con el paso del tiempo (y más porque no soy capaz de acordarme del protagonista… :/ ), pero va en la misma línea que tu entrada :)
Era un gran consejo que comparto y pongo en practica con mis clientes.
El publicitario que dices es Bassat, un maestro y figura mundial.
Saludos.
Y no le conozco personalmente.
De nada.