Recientemente en el congreso MadinSpain'08 he escuchado a la vieja guardia y la nueva coincidir en algo que me satisface mucho por estar de acuerdo con el planteamiento.
Creo que el diseño actual está demasiado obsesionado con la tecnología y los medios digitales. Salvo excepciones, las escuelas dedican casi todo el esfuerzo a formar en el manejo de las herramientas, lo que está muy bien porque posibilitan la ejecución de los trabajos, pero a mi juicio, no es suficiente ni lo ideal.
Es lógico que esto suceda, ya que formar sobre algo tan etéreo como la imaginación o la inspiración es mucho más dificil.
Sin embargo, la obsesión por la técnica empaña en muchas ocasiones la efectividad, aunque logre trabajos muy vistosos y meritorios desde el punto de vista artístico.
El premio nacional de Diseño Alberto Corazón, quien expuso su ponencia al la vieja usanza de leer el guión sin una sola diapositiva en pantalla, nos regaló dos frases, o mejor dicho, dos ideas:
"El diseño parte del encargo"
Algo que defiendo desde siempre aquí. Los diseñadores no somos artistas libres. No nos piden una obra de arte, si no algo funcional, con un componente artístico. Esto es tan básico que parece mentira que se olvide tan a menudo.
"Busca clientes que quieran tus ideas, no tu destreza"
De alguna manera, cualquiera con un mínimo de capacidad y tiempo puede llegar a dominar una determinada herramienta, logrando una gran destreza. Pero eso no le diferencia de los demás, y al final el cliente escogerá por plazo de tiempo o coste del trabajo. Si como diseñador vendes conceptos, imaginanción y experiencia, estarás en el buen camino. No te preocupes entonces tanto por dominar la herramienta, porque siempre habrá quien pueda llevar a cabo tus ideas.
Más tarde, Helio Vega, uno de los "artistas" de lo más actual en diseño, el Motion Graphic, nos mostró su bobina y, para sorpresa de muchos, nos contó que se había realizado casi por completo de forma tradicional y artesanal, lo que le había llevado mucho más tiempo, pero le permitió un resultado mucho más real. Concretamente se trataba de imágenes en el que fotogramas de sus trabajos se congelaban.
Para ello había impreso los pantallazos, los plastificó, mojó y congeló, y finalmente los filmó descongelándose sobre una sartén para luego invertir el movimiento. Muchas horas e intentos, pero un acabado perfecto. Lo hubiera podido realizar con un plug-in, pero no sería lo mismo.
Por último, esta semana hemos grabado los pianos del disco de Wendy García, y para ello, aunque los sintetizadores y secuencias midi o digitales de hoy en día suenan muy bien, hemos usado un piano de cola Yamaha c7 y micrófonos "tuneados", y claro, no es lo mismo.
Y es que, aunque pronto no sea así, la tecnología tiene una pega muy importante: la perfección. Cualquier proceso artístico se basa en la capacidad humana de parir, y el humano, es imperfecto por naturaleza. De hecho, hay software actualmente que trata de "humanizar" ciertos procesos, precisamente generando deficiencias y errores.
Uno de los ejemplos más claros de que la tecnología aún no es capaz de lograr resultados "humanos" (gracias a Dios) es la animación. Los estudios de dibujos animados pueden reproducir escenarios de una realidad asombrosa, pero aún falla la credibilidad de la figura humana, precisamente porque nuestra anatomía y movimiento no es algo estático, contínuo...los rostros no son simétricos, etc.
En definitiva, lo analógico, es aún más natural...y para mí, más perfecto. Quién sabe si algún día veremos tacnología casi humana que sueñe con ovejas eléctricas...
(Imagen de aquí.)
Comentarios
Y para artesanía la de mi facultad. Maquetando con tipómetro, no fuera ser que algún día en la redacción X se fuera la luz... Ni tanto, ni tan poco.
Un saludo
pero no quiero transmitir la idea de que la herramienta no es necesaria, como bien dices, no tanto ni tan calvo..
Saludos.
J.