¿Dónde está el límite de la letra pequeña? Basicamete allí donde los consumidores estemos dispuestos a permitirlo, comprando o no un producto con "trampa".
¿Cuál es el precio que debe anunciarse? ¿Lo que le cuesta a quien lo vende, o lo que hay que pagar por ello?
En este folleto de Marsans, nos ofrecen un viaje a Orlando por (desde) 599 euros. Está claro que "desde" significa que a partir de ahí empiezas a sumar.
Si lo que hay que sumar es suplementos por primera clase, por individual, por salida desde otro aeropuerto, por fechas concretas....vale, porque el precio original existe, se supone.
Si lo que hay que sumar, como vemos en la letra pequeña son los gastos de gestión, ya no vale tanto, porque es un cargo imprescindible, y que por tanto es parte del precio final queramos o no. Aunque es posible que el gasto sea difícil de especificar si es un cargo único independientemente de los pasajes contratados y sea más práctico ponerlo a parte.
Pero lo llamativo es que aparezca en la letra pequeña las tasas, de nada más y nada menos que 350 euros.
Es decir, que el precio final es desde 945 euros, psicológicamente casi el doble de lo anunciado, o lo que es lo mismo, un 40% del precio total.
Difícil situación para el publicista...
Las tasas son un impuesto. Aunque no sean un cargo del vendedor y no obtenga ningún beneficio de ellas, son un coste real e ineludible del producto. Si se pagan directamente en el aeropuerto de destino, el anuncio está siendo honesto con el consumidor, porque le está advirtiendo del precio final que tendrá que pagar, evitando sorpresas desagradables al ir a contratar, pero en realidad, lo normal es pensar lo contrario, que nos están engañando para atraernos con un precio-chollo.
Tal vez lo perfecto sería anunciarlo más claramente: "599 + TASAS" porque en definitiva, con cualquier operador que viajemos tendremos que pagar las tasas, y así nos estará informando del precio que esa agencia nos ofrece, y dejamos que sea la competencia quien tenga que explicar su precio.
Difícil en cualquier caso.
¿Cuál es el precio que debe anunciarse? ¿Lo que le cuesta a quien lo vende, o lo que hay que pagar por ello?
En este folleto de Marsans, nos ofrecen un viaje a Orlando por (desde) 599 euros. Está claro que "desde" significa que a partir de ahí empiezas a sumar.
Si lo que hay que sumar es suplementos por primera clase, por individual, por salida desde otro aeropuerto, por fechas concretas....vale, porque el precio original existe, se supone.
Si lo que hay que sumar, como vemos en la letra pequeña son los gastos de gestión, ya no vale tanto, porque es un cargo imprescindible, y que por tanto es parte del precio final queramos o no. Aunque es posible que el gasto sea difícil de especificar si es un cargo único independientemente de los pasajes contratados y sea más práctico ponerlo a parte.
Pero lo llamativo es que aparezca en la letra pequeña las tasas, de nada más y nada menos que 350 euros.
Es decir, que el precio final es desde 945 euros, psicológicamente casi el doble de lo anunciado, o lo que es lo mismo, un 40% del precio total.
Difícil situación para el publicista...
Las tasas son un impuesto. Aunque no sean un cargo del vendedor y no obtenga ningún beneficio de ellas, son un coste real e ineludible del producto. Si se pagan directamente en el aeropuerto de destino, el anuncio está siendo honesto con el consumidor, porque le está advirtiendo del precio final que tendrá que pagar, evitando sorpresas desagradables al ir a contratar, pero en realidad, lo normal es pensar lo contrario, que nos están engañando para atraernos con un precio-chollo.
Tal vez lo perfecto sería anunciarlo más claramente: "599 + TASAS" porque en definitiva, con cualquier operador que viajemos tendremos que pagar las tasas, y así nos estará informando del precio que esa agencia nos ofrece, y dejamos que sea la competencia quien tenga que explicar su precio.
Difícil en cualquier caso.
Comentarios
Yo pondría "ORLANDO: Por menos de 1000€, garantizado" Oye, igual se genera interés.
En fin, este verano, como el "curro" de Intex: en casa.
Otro anuncio, el de intex, para colocar en la galería de originalidades de la creatividad patria.
Me recuerda a los primeros tiempos de la informática en los que a todas las tiendas del sector les dio por publicitar sus precios sin IVA, como si no hubiera que pagarlo... o como muchos restaurantes que hacen lo mismo. De acuerdo que el IVA no te lo quedas tú, pero va a salir de mi bolsillo, así que me interesa saber cuánto voy a pagar por el plato y no cuánto vas a cobrar tú.
coincidimos en que es complejo, y que el efecto es más bien negativo.
Creo que es una cuestión de constancia y valor. Algo que debería tener algún operador siendo el primero en ofrecer precios verdaderos.
Con el tiempo, el consumidor aprenderñia a valorar a los que ponen precios gancho engañosos comom lo que son, es decir, tramposos y confiarían en quien lo merezca.
Me temo que los viajes aún se compran muy por impulso y a última hora, porque si fuera una compra meditada, se compararía y no serviría esta estrategia.
Hace muchos años que SEAT fue pionera en anunciar precios finales , mientras que la competencia decía el "Franco Fábrica"...como si el transporte al concesionario, el IVA y otros gastos no los pagaras.
Pero bueno, tal vez sea difícil cambiar constumbres muy arraigadas, y la mayoría caemos, ante un buen vendedor, en el famoso "Ya que"...Ya que estamos, por un poco más..
Saludos.