Vender un producto significa aceptar las reglas del juego, sean las que sean. El cliente es lo primero, y no es posible tratar de imponerle nada. Al menos si quieres ser el líder, debes amoldarte a sus necesidades, gustos y...creencias.
Ni siquiera Zara escapa a esa tiranía. Y así, en Israel, ha tenido que contratar una campaña de publicidad para disculparse con sus clientes ultraortodoxos, al vender un traje confeccionado con una mezcla de lino y algodón, algo que está terminantemente prohibido por el judaísmo.
Zara es la cadena de moda líder en Israel, con 15 tiendas y más de 900 empleados. Y si quiere seguir siéndolo, no le queda más remedio que entender a su cliente y complacerle. Para nosotros, esta noticia nos resulta inimaginable de leer en España, pero sirve de ejemplo sobre quién manda realmente en la economía de mercado.
Por encima de las teorías más o menos "conspiranoicas" sobre cómo nos manejan las grandes multinacionales, está el público. Gente como tú y como yo que difícilmente reconoceremos que hemos sufrido un "lavado de cerebro" para consumir tal o cual producto. En realidad es mucho más sencillo. O nos gusta o no nos gusta. Y en ocasiones, otros valores propios (como en este caso la religión) son los que motivan nuestra decisión de compra.
Vía ElMundo.es
Ni siquiera Zara escapa a esa tiranía. Y así, en Israel, ha tenido que contratar una campaña de publicidad para disculparse con sus clientes ultraortodoxos, al vender un traje confeccionado con una mezcla de lino y algodón, algo que está terminantemente prohibido por el judaísmo.
La campaña reza: "La empresa Zara lamenta el error y asegura a sus clientes en Israel, y en particular a los ortodoxos, que hará todo lo que esté en su mano para que no se repita el caso"
Zara es la cadena de moda líder en Israel, con 15 tiendas y más de 900 empleados. Y si quiere seguir siéndolo, no le queda más remedio que entender a su cliente y complacerle. Para nosotros, esta noticia nos resulta inimaginable de leer en España, pero sirve de ejemplo sobre quién manda realmente en la economía de mercado.
Por encima de las teorías más o menos "conspiranoicas" sobre cómo nos manejan las grandes multinacionales, está el público. Gente como tú y como yo que difícilmente reconoceremos que hemos sufrido un "lavado de cerebro" para consumir tal o cual producto. En realidad es mucho más sencillo. O nos gusta o no nos gusta. Y en ocasiones, otros valores propios (como en este caso la religión) son los que motivan nuestra decisión de compra.
Vía ElMundo.es
Comentarios
Por cierto en parte estoy contigo... pues el consmidor esta aprediendo a quejarse... y llevamos tanto tiempo llamandole rey que al final se lo ha creido... normal...
En cualquier caso, el desarrollo de la web 2.0, comunidades, blogs... va a sin duda revolucionar el marketing... ojo porque los blogs crecen en cuanto a influencia y ya hay bastantes ejemplos de pérdidas millonarias de empresas
Un saludo a los Apasionados del MArketing...
según los pedagógos, las convicciones religiosas se forjan en los niños entre los 7 y los 11 años.
No pillo muy bien tu comentario. Supongo que no consideras un valor propio la religión, pero todo depende de cómo definamos "valor". En el caso de este post, por valor quería decir convicción.
Supongo que además has hecho un juego de palabras entre religión y lavado de cerbros...ingenioso.
Gracias por tu aportación.