El Ayuntamiento de Madrid acaba de aprobar una Ordenanza que reducirá hasta la eliminación casi toda la publicidad exterior actual, especialmente los luminosos de los comercios.
Así, prohibirá la colocación de anuncios luminosos en el centro de la ciudad, limitará el tamaño de los carteles y la colocación de lonas en las fachadas e impedirá la circulación de vehículos específicamente dedicados a la publicidad, salvo autorizaciones concretas.
Tras un "periodo transitorio", tendrán que haberse adaptado a la nueva normativa o ser retirados los aproximadamente 100.000 carteles que existen en el centro de la capital y habrán desaparecido de esa zona todos los luminosos, hasta las cruces de neón verde de las farmacias, aunque el alcalde admitió que podría haber excepciones y se podría salvar, por ejemplo, el célebre anuncio de Schweppes de la Gran Vía.
Además de querer mejorar la imagen de la ciudad, evitando convertirla en lo que el alcalde definió como "escaparate descontrolado, caótico y desordenado", también se argumentan razones ecológicas: reducir las molestias ocasionadas a los vecinos, optimizar el consumo de energía eléctrica y minimizar el impacto por contaminación lumínica. Para ello, el proyecto elimina asimismo la posibilidad de mantener encendidos los luminosos durante las horas en las que haya luz solar suficiente.
Con carácter general, en toda la ciudad se prohíbe aquella publicidad que atente contra la dignidad de las personas, la infancia, la mujer, la juventud o vaya en contra de la Ley de Prevención de Drogodependencias, además de la publicidad o propaganda mediante carteles, pegatinas, etcétera, fijada sobre paramentos de edificios, monumentos, mobiliario, alumbrado, registros de instalaciones o cualquier otro servicio.
En este sentido, las leyes nacionales ya prohiben este tipo de publicidad denigrante, y las ordenanzas ya prohibían la colocación de elementos como pegatinas y carteles en la vía pública.
En cuanto a los luminosos y banderolas de los comercios, en ciudades con casco hitórico, como los patrimonios de la Humanidad, este tipo de prohibiciones ya se aplican, aunque quizá el caso de Madrid capital, tan cosmopolita como cualquier capital europea, no sea equiparable.
Será una normativa polémica, sin duda, y entre otras consecuencias, llevará a la ruina a multiples empresas del sector.
Vía ABC.
Comentarios
Lo que no se es si van a saber montar todo lo que están desmontando, o les va a sobrar alguna pieza cuando lo tapen todo...