Una de las claves de la postverdad está en eso que se llama Personal Branding y otros coachings con lo que nos hemos vuelto aún más idiotas de lo que éramos. Porque una vez más alguien tiene que decirlo: la mayoría de textos que leemos en las bios de twitter y resto de redes sociales causan risa. A mí me encanta por ejemplo cuando leo que alguien es "conferencista", como quien es presentador de televisión para lo que le pongan en el guión, o actor. Y los miles de bios que se declaran adictos a algo, por ejemplo al Social Media o a su trabajo me hace pensar en la OMS. Porque, lo siento, yo no contrataría a un adicto a nada.
Así que ahí tenemos a millones de personas presentándose a sí mismas como productos en venta —luego nos quejamos de la cosificación— y que han caído en los mismos errores que la mala publicidad, que es lo que es.
Por supuesto que yo también he jugado a eso, por supuesto que soy consciente de que este mismo artículo es una forma de personal branding, o en términos clásicos, posicionamiento.
Lo que ocurre es que en el personal branding con frecuencia olvidamos lo que le pedimos a las marcas: honestidad y veracidad. ¿De verdad eres quien dices ser?
Leyendo a Seth Godin, (que sigo diciendo es el único blog que deberías leer si sólo lees uno, incluyendo este) tuve una epifanía. Godin nos da una bofetada día sí y día no, y esta aún la llevo marcada en la mejilla: “Tan solo tienes que ser quien dices ser”.
"All we have to do is be the person we say we are”
Así que ya va siendo hora de abandonar el Personal Branding y abrazar el Personal Management. Exactamente lo mismo que le pide el marketing moderno a las marcas: haz las cosas bien y deja que sean otros quienes hablen de ti. No me mientas en tu comunicación, vendiéndome lo que no eres.
Eso, siempre fue el verdadero social media.
Foto: Joi Ito - Seth Godin, CC BY 2.0
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