Voy a contaros un caso real del que por tanto no puedo daros los nombres de las marcas ni muchas pistas. Pero sirva de ejemplo de cómo la publicidad es poderosa, pero hace lo que hace. ¿Y qué hace? Pues solo anunciar una oferta a un público potencial y como mucho, hacerlo atractivo y llevarlo hasta el punto de venta, físico u On Line. Y ya.
Que ya es bastante, pero a veces no es suficiente. Unas veces porque luego el producto no está a la altura y defrauda las expectativas, y otras veces porque el consumidor no llega ni a comprarlo si la experiencia de venta no es buena. Un eCommerce que se cuelga o es poco usable, o una persona encargada de la venta final que no da la talla. (Esto lo sabemos todos los que nos dedicamos a la publicidad, pero el cliente no lo suele reconocer. Si vende mucho, es porque son los mejores. Si vende poco, porque la publicidad no funciona, ya sabéis….)
Pues el caso concreto es una promoción en internet, con display a una landing. Ahora imagina que tienes una tienda que vende un producto especializado, que solo puede encontrar en tiendas de tu sector. Imagina también que ese producto lo usa actualmente 2,5 millones de personas en España pero que por los estudios de mercado se sabe que hay 5 millones de usuarios potenciales, pudiendo llegar hasta los 12 millones con una adecuada difusión. Es decir que tienes un margen de crecimiento del 100% como mínimo.
Y para terminar de imaginar este cuento real, una empresa fabricante de ese producto pero que no vende directamente, hace una campaña que a ti no te cuesta ni un duro pero te envía clientes a tu tienda, que han respondido a un anuncio, que han dejado sus datos de contacto y que se molestan en descargar un código y presentarse en tu tienda a por una muestra gratis. Por supuesto, antes te han avisado de que esa campaña estaba en marcha, claro.
Ahora llega el final del cuento: Algunas de esas tiendas ven entrar a los clientes interesados y les dicen que no. Que no les van a dar esa muestra que a ellos no les cuesta nada. Que se vayan.
Epílogo.
1.El cliente se queja en redes sociales de que la marca le ha engañado, que la campaña es publicidad engañosa, porque no entiende que la tienda no cumpla con lo prometido.
2. La tienda llama a la marca para decirle que no le haga perder tiempo enviándole clientes.
Y colorín, colorado, el cliente a otra tienda ha sido enviado. Y no ha sido uno, ni dos…
¡La publicidad ha muerto! Ah, no. Que el cliente se ha enterado y ha ido. Entonces, si no vende será por otra cosa. De ahí que el marketing tenga una P de placement…
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