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Ni tanto ni tan Curvy


Ahora que hemos conseguido que el debate sobre los cánones de belleza impuestos por la publicidad y los medios, muchas veces inalcanzables e irreales, sea constante y nos planteemos otra imagen de la mujer, corremos el riesgo de pasarnos y salirnos en la curva, valga la broma, y perder terreno en algo que sí es aceptado de forma general como es la lucha contra la obesidad.

Una cosa es que las marcas reaccionen y hablen de belleza real, y de cuerpos perfectos aunque no encajen en el molde de una Barbie, y otra que casos como el de Tess Holliday, que con 29 años, 127 kilos y poco más de metro y medio es muy respetable por su historia de superación, pero no es tampoco un modelo a seguir.


La cuestión con esta "modelo de tallas grandes" o las demás, es que una cosa es dar visibilidad a una realidad, y no excluirla de las pasarelas, las revistas o los medios —entre otras cosas, porque como marcas hay un público con esas medidas que también compra— y otra elevarla a la categoría de ideal. Se trata de incluir y no excluir. De que en una revista, catálogo o pasarela aparezcan mujeres de todas las tallas reales, no que sólo aparezcan unas, u otras.


Y por otro lado, como muy bien reflexionaban en S Moda —El País, 24/5/15— Nos estamos centrando ahora en las mujeres con más curvas y con eso cargamos la culpabilidad indirectamente sobre las que luchan por ganar unos cuantos kilos para no ser tildadas de anoréxicas o enfermas:
"La moda por fin adopta nuevos modelos de belleza, pero a veces no se etiqueta como reales a las mujeres de complexión delgada ¿Acaso no somos todas personas reales?"
Este "postureo curvy" le da alas a quienes insisten en mantener los roles y estereotipos, como la marca —catalogada como "Expert Brand Troll" en Adfreak (1/6/15) cuando para defender la campaña denunciada y retirada en UK con el slogan "Are you Beach Body Ready?" con la que inunda New York estos días contesta en su  Twitter feed denunciando a Inglaterra como "a nation of sympathizers for fatties" (Una nación simpatizante con los gordos).

A ver si en el afán de ser Change Marketers, las marcas que promueven unas medidas normales, acaban consiguiendo tirar por los suelos los esfuerzos por evitar la obesidad y los malos hábitos alimenticios. No es tan fácil como parece.
¿Y los hombres? Pues me temo, que una vez más, el machismo hace que las cosas se vean de otra manera cuando hablamos de los ideales de belleza y estado de forma.
Paralelamente a la "actitud curvy" en los medios, estamos asistiendo al elogio y dignificación de lo que en inglés llaman "Dad Bod" (Cuerpo de papá) y aquí se traduce por "fofisano" o "Gordiflaco".  Es decir, un estado de forma saludable, pero que no machaca su cuerpo en el gimnasio para lucir abdominales con forma de tableta de chocolate, ni tensos pectorales o redondos bíceps. Según Expansión.com (11/5/15) el término saltó a los medios cuando una estudiante de la Universidad de Clemson reconoció "el atractivo que entre las mujeres suscita el hombre joven suficientemente sano pero de cuerpo ligeramente fofo, que no gordo, y que no están obsesionados con su cuerpo, lo que los hace más humanos, naturales y atractivos." La diferencia, desde el principio, es que en el hombre se asume que la salud no tiene que ver con la talla de cinturón, y que los efectos de la edad, e incluso de la paternidad, pueden hacerte atractivo. Mientras tanto, miles de anuncios le dirán a la mamá que necesita un reafirmante tras la lactancia o un corrector de estrías tras el embarazo. Esa arruga, dicen, no es bella.


¿Veremos un anuncio de Calvin Klein Underwear con un modelo masculino de "tallas grandes" o con barriga?

Puede que no exista una talla ideal. Desde luego, no existe una talla única. Y la belleza, especialmente si consideramos el interior de las personas, no debería depender de una cinta métrica. Pero dicho esto, lo que sí existe es un criterio médico para definir lo que son unas proporciones sanas o no. Y eso es lo que debemos comunicar. Además del respeto.



Nota.
Para la Organización Mundial de la Salud, el caso de Tess Holliday, no es precisamente saludable:


"La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Una forma simple de medir la obesidad es el índice de masa corporal (IMC), esto es el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros. Una persona con un IMC igual o superior a 30 es considerada obesa y con un IMC igual o superior a 25 es considerada con sobrepeso. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. "

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