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Consume hasta vivir



La mejor forma de explicar en qué consiste el concepto #ChangeMarketers es definirlo como el poder de construir un mundo mejor comprando y vendiendo.

Se trata de una revolución pacífica y desde dentro de todos y cada uno de nosotros. Vendedores y compradores. Fabricantes y distribuidores, anunciantes y medios. La riqueza solo se distribuye si se crea. Lo importante, me encanta siempre decirlo, no es el "qué" sino el "cómo".

Dice el movimiento Knowcosters que "Cada vez que compras, ejerces el derecho a voto". En pocas palabras: tal vez no puedas cambiar las condiciones laborales ni las leyes de Bangladesh, pero sí puedes dejar de comprar a quien fabrica allí sin la ética que tú consideras irrenunciable.

Pero si hasta ahora has visto tu poder como consumidor, o con tu voz en redes sociales, desde el punto de vista crítico y denunciante y, —aunque nos cueste reconocerlo a título personal— ves el consumismo como algo en el fondo perjudicial, y acusas al marketing de fomentarlo sin control, Change Marketers te propone ver a las empresas que ya trabajan en otra onda, como agentes de cambio. Los Change Makers son activistas que buscan un mundo mejor desde su posición particular y, si esa posición está en un departamento de marketing ¿por qué no?
Lo mejor de ser Change Marketers, es que buscan ganar dinero, generar riqueza que cree empleos, pague impuestos y permita el desarrollo de las personas (por supuesto, de forma digna, consciente y sostenible) al mismo tiempo que trabajan por crear ese mundo mejor al que todos aspiramos.
Dice Thomas Kolster en su libro Goodvertising que "las empresas no son mejores ni peores que el conjunto de personas que las dirigen y las componen", y añado las declaraciones a TVE de Carlos Chaguaceda (ex Dircom de Coca Cola) que "el poder lo tenemos los ciudadanos, las empresas lo que tenemos es el poder de comunicar". Pues eso es ser Change Marketers: utilizar el poder que tenemos dentro de las empresas para cambiar el mundo.

Vale, ¿pero cómo? Igual que abucheas, aplaude.


De la misma forma que eliges no comprar una marca que consideras afecta al medioambiente o a los derechos de los trabajadores o no se identifica tus valores, puedes elegir otras que sí lo están haciendo bien. Hay muchas más de las que crees, lo que pasa es que por desgracia, se comparte más aquello que nos indigna, se le da más espacio en los medios a las malas noticias, y somos más propensos a organizar campañas en Change.org o similares para denunciar y boicotear, que lo contrario.

Pero hay muchas oportunidades de ejercer ese derecho al voto, o de apoyar causas, o simplemente de mantener aquellas marcas que hacen bien las cosas y aportan verdadero valor a la sociedad, no sólo a la de los accionistas. Voy a ponerte un ejemplo práctico muy fácil: el chocolate.


Una tableta de chocolate no es un producto de primera necesidad. Yo más bien lo considero un capricho, asequible, pero capricho. En los supermercados hay muy pocas diferencias de precio entre unas marcas y otras. En realidad, al ser un producto que fluctúa entre 1€ y 3€ y siendo un consumo ocasional, el factor precio, que puede ser de hasta el 300% de diferencia como vemos, no es el más determinante en la elección. No percibimos mucho cambio entre 1,40 y 2,50 y entra dentro de lo que conocemos como compra por impulso.

Con sólo fijarte en la etiqueta, puedes saber si la producción de ese chocolate está en el standard "comercio justo" que es aquél que garantiza que ha sido producido pagando a los cultivadores un precio justo y supervisando el respeto al medio ambiente. Los hay de oenegés como OXFAN Intermón, que cuestan (Carrefour Express el 10/11/14) 1,95€ pero también lo hay de marcas de distribuidor como Fairglobe (Lidl), que se sitúan en el mismo precio aproximado.

No todos los productos cuentan con opciones de "comercio justo", pero existen otras muchas formas de crear y construir un mundo mejor entre todos consumiendo. Y lo mejor, es que está pasando. El refuerzo positivo, el demostrarle a las marcas que hacer las cosas bien es rentable, depende de nosotros.



Algunos consumidores en otros países lo están entendiendo perfectamente y responden a decisiones como la marca de lencería American Eagle de no utilizar el Photoshop en las imágenes de sus modelos, les ha supuesto un incremento de ventas del 9% y la posibilidad de donar 1 céntimo para pozos en África comprando agua mineral Minewater en Corea, significó un crecimiento del 244%




Los Change Marketers hemos escrito un libro para explicar a nuestro sector cómo nos gustaría trabajar en el futuro. Pero es el consumidor quien tiene su voto en la cartera. Y al fin y al cabo, marketers o no, todos somos consumidores.

Si quieres estar al día de aquellas marcas que están trabajando desde el marketing a través de la publicidad y la creación de productos innovadores, puedes seguir #ChangeMarketers en Twitter, Facebook o Tumblr.

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