La editorial Ilustrae, a la que pertenece el blog de mismo nombre en el que escribo de otras cosas, me obsequió con su última publicación titulada "Pájaro a Pájaro" de Anne Lamott. Un manual de instrucciones para aprender a escribir, o hacerlo mejor, y que como apunta su promoción enseña, además, a ver la vida de otra forma.
Ya os he contado alguna vez, y si no lo hice lo hago ahora, que llevo sufriendo el nacimiento de una novela desde hace unos dos años. Así que un libro de estas características era probablemente lo que más necesitaba para poder terminarla alguna vez.
Con un estilo campechano y costumbrista, quizá demasiado localista para el mercado europeo, la escritora nos va contando su experiencia en el proceso creativo, indisoluble de su propia vida personal y familiar, abordando todos los detalles desde la puesta en marcha, los "primeros borradores de mierda" (palabras textuales) o "cómo saber cuándo has acabado".
Para mi, ha resultado todo un alivio comprobar cómo algunas de las experiencias, y terrores, que surgen cuando te pones delante de un papel en blanco (o pantalla de ordenador) con el fin de sacar de mi cabeza los personajes que la habitan, y describir los lugares y situaciones que suceden en ellos, son de lo más vulgar. Quiero decir, que ya lo han vivido miles de escritores y aspirantes antes que yo. Ahora lo compruebo. Anne Lamott explica multitud de recursos y trucos para lograr sacar adelante un texto completo de dónde sólo hay algunas ideas. Me encantó su definición:
"escribir una novela es como conducir de noche. No puedes ver más allá de lo que iluminan los faros pero asi puedes hacer el viaje entero"Y me encantó porque en muchas ocasiones, me encuentro escribiendo la trama de mi novela sin saber muy bien a dónde me llevará cada personaje o qué contestará a la siguiente pregunta uno de ellos. Yo empiezo el camino, sé más o menos a dónde llegaré, pero el camino me lo voy encontrando según los recorro.
Es como asomarse a tu propia cabeza a ver qué hay. De alguna manera, no eres totalmente responsable de lo que creas. Quizá no lo estés inventando del todo. Quizá la imaginación tenga vida propia. Ursula K. Le Guin, en el prólogo de sus Cuentos de Terramar, afirma que cuando le pidieron que escribiera otro libro que transcurriera en el mismo mundo que sus "Libros de Terramar":
"Me bastó con echar una mirada allí para darme cuenta que habían pasado cosas mientras yo no miraba. Ya era hora de regresar y decubrirlo...La manera en que uno investiga una historia inexistente es contar la historia y descubrir qué sucedió"
En definitiva, un libro que puede abordarse desde distintos puntos de vista, como un manual de escritura, como un diario de vivencias o incluso como un retrato costumbrista de la sociedad americana, si eres capaz de leer entre líneas.
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