Que me perdonen los muchos alumnos y ex-alumnos de programas de postgrado tipo Master, pero con demasiada frecuencia me siento rodeado de "ultracuerpos" entre ellos.
¿No habéis visto cómo amigos o compañeros vuestros sufren una extraña transformación en su personalidad casi desde el momento en que se matriculan en uno de ellos?
Como reza la sinopsis de la fantástica película de Don Siegel, "La Invasión de los Ladrones de Cuerpos"
"Unos seres extraterrestres que se desarrollan en unos capullos, de los que salen unas larvas, van asesinando a personas y suplantando su lugar. Los suplentes son exactamente iguales que los humanos, a excepción de su falta de sentimientos"
Sería un imprudencia por mi parte descalificar esta titulación. Sin duda, en las numerosas escuelas de negocios, alguna ya con la garantía de pertenecer a universidades públicas o privadas, imparten clase grandes especialistas y profesionales de prestigio que trasladan su valiosa experiencia a los alumnos sin ella.
El error, en mi humilde opinión, es pensar que eso lo es todo. Precisamente, es la experiencia lo que hace que los profesores impartan conocimientos valiosos. La situación ideal es sumar experiencia y master, ya que la fría teoría no siempre es tan útil como parecen creer muchos recién graduados.
En ocasiones he sufrido el menosprecio de alguien con 10 años menos de experiencia basándose en su flamante título. Tantas ocasiones como las que he podido comprobar cómo al final tarde o temprano llegaba mi oportunidad de demostrarle que por encima de la formación académica está la formación humana.
Recuerdo un director de marketing recién llegado a un cliente con el que yo llevaba años trabajando y que me reunió para comunicarme que en adelante, ninguna campaña se haría sin el preceptivo estudio de mercado y pre-test, y que no se explicaba cómo era capaz de trabajar yo sin hacerlos. Cuando comprobó que el presupuesto de los estudios que pedía era mayor que todo el presupuesto anual de su compañía para publicidad, desistió. Él duró unos meses y yo sigo trabajando para esa empresa.
Y es que uno de los, principales problemas de los Masters es que en la mayoría de las veces, utilizan casos de estudio de grandes compañías, multinacionales y productos de "gran consumo", pero en España el 98,87% de las compañías son PYMES.
Es decir, que se están formando directivos mundiales para un mercado aún muy local. Matamos moscas a cañonazos, lo que aunque parezca lo contrario, no me parece mal.
Lo que sospecho, es que junto a los conocimientos de empresa y economía, en esas escuelas de negocios se inculca simultáneamente un "pensamiento único elitista" que ayudaría a justificar el elevadísimo precio de estos programas. Comentarios como "después de lo que me he gastado en el master, no puedo aceptar cualquier oferta de trabajo" son más que habituales.
La buena formación es siempre algo positivo, pero tal vez fuera recomendable incluir las asignaturas de "Respeto" "Sentido Común" y "Humanidad" en algunos de ellos.
Espero que nadie se de por aludido, entre otras cosas, porque igual que un Master no te convierte en buena persona, tampoco lo contrario. Además, esta es una reflexión muy antigua, y no está basada en situaciones recientes. Más al contrario, creo haber encontrado una persona que contradice esta teoría, aunque probablemente se deba a que además de ser una buena cliente, es una buena amiga. Y ella sabrá quién es porque lee este blog ;-)
Comentarios
En la generación anterior, tener una licenciatura universitaria era lo que diferenciaba a los que venían de familias adineradas de los que venían de familias "justitas". Esos eran los que accedían a los mejores trabajos.
Hoy en día, el acceso a la universidad se ha generalizado, y quien más quien menos tiene una licenciatura o dos. Ya no marca la diferencia. La diferencia hoy en día es quién tiene máster y quién no. Y tiene máster, como siempre, quien puede pagarlo, especialmente loa más caros que son, casulamente, "los de mayor prestigio". De nuevo, familia adinerada -> máster -> mejores trabajos.
Tener un máster no hace nadie mejor profesional, porque no lo hace más lógico, ni más responsable, ni más trabajador, ni le quita las faltas de ortografía o de expresión, ni más objetivo. La experiencia viene después. Es titulitis a golpe de talonario...
Lo común siempre: Mejor si tienes dinero...
Soy médico y también sufrimos a los "MBA". En nuestro caso aún es más sangrante el asunto porque la mayoría de los MBA que dirigen hospitales ni siquiera son médicos ni han tratado con pacientes en su vida.
Sufrimos así la tiranía de los "especialistas en management", que de medicina no saben nada. Obsesionados con los números y la codificación. Gran parte de la crisis sanitaria se explica por la pérdida de liderazgo de los clínicos. Sorprendentemente la solución que ofrecen los "mandamases" es "más gestión y menos medicina". Es un callejón sin salida.
Muchos médicos estamos empezando a plantearnos hacer un MBA para poder recuperar el control sobre nuestra profesión.
Deberías leer el libro "Directovis, no MBAs" de Mintzberg, editorial Deusto. Habla precisamente de eso.
Los MBA no son malos (te dan una buena formación sobre las distintas areas funcionales de un negocio). Pero no puedes pretender construir líderes metiendo a un recien licenciado sin experiencia alguna en un MBA.
Es mejor trabajar durante una temporada, haber dirigido algo y hacer el MBA después (con 30-35 años)
La sabiduría popular ya lo decía: "hay que ser cocinero antes que fraile".
Creo que si bien, puede existir gente que haga alarde de su MBA, no es bueno generalizar.
Hay gente que lo ve como una cuestion de progreso, de seguir incorporando conocimientos en su materia. No es un merito tener un MBA, de hecho, con dinero cualquiera puede hacerlo. Lo que pareciera ser mas meritorio es poder aplicar aquellos estudios a la practica.