En las agencias de publicidad tradicionales, los equipos de trabajo suelen estar compuestos por "duplas", esto es, un Copy (redactor) y un Director de Arte (Diseñador). Este último es más que un diseñador, es el responsable de la estética y el entorno visual de una campaña, y debe dirigir al equipo de producción implicado ( fotógrafo, ilustrador, etc...). Pero aunque se hable de Arte, no es un artista propiamente dicho.
Cierto es que la mayoría de creativos publicitarios coquetean a nivel personal con el arte, ya sea con la pintura, la fotografía o cualquier otra disciplina, pero ese no es su trabajo.
La publicidad es diseño. Como el diseño de interiores, el diseño industrial o el diseño de moda, tiene que someterse a la función útil del producto final. Un diseño altamente creativo y estético, si no cumple el requisito de ser práctico y "usable", no es correcto.
Como dice Paul Auster en su discurso para la entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2006:
El diseño es creatividad y técnica al 50%. Cuando creas una obra con sentido práctico, lo haces para los demás. Tienes que poner todos tus sentidos en satisfacer las necesidades de otros. Cuando creas una obra de arte, lo haces desde tu interior, por necesidad vital.
Maria Acosta lo describe muy bien en alzado.org:
Pero cuando el diseño tiene un fin y un medio, no podemos frivolizar con nuestras necesidades artísticas. Una silla debe ser cómoda y ergonómica, un abrigo debe sentar bien, ser cómodo y proteger del frío, y un anuncio debe transmitir un mensaje claro y provocar una respuesta. Se puede hacer con más o menos clase, gusto o estilo, pero como también dice Maria Acosta:
No es un debate del que se hable mucho, pero tampoco es nuevo. Ya lo trataba Oscar Wilde en el prólogo de su novela "El Retrato de Dorian Gray" (1890):
Cierto es que la mayoría de creativos publicitarios coquetean a nivel personal con el arte, ya sea con la pintura, la fotografía o cualquier otra disciplina, pero ese no es su trabajo.
La publicidad es diseño. Como el diseño de interiores, el diseño industrial o el diseño de moda, tiene que someterse a la función útil del producto final. Un diseño altamente creativo y estético, si no cumple el requisito de ser práctico y "usable", no es correcto.
Como dice Paul Auster en su discurso para la entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2006:
"El arte es inútil, al menos comparado con, digamos, el trabajo de un fontanero, un médico o un maquinista. Pero ¿qué tiene de malo la inutilidad? ¿Acaso la falta de sentido práctico supone que los libros, los cuadros y los cuartetos de cuerda son una pura y simple pérdida de tiempo? Muchos lo creen. Pero yo sostengo que el valor del arte reside en su misma inutilidad; que la creación de una obra de arte es lo que nos distingue de las demás criaturas que pueblan este planeta, y lo que nos define, en lo esencial, como seres humanos".
El diseño es creatividad y técnica al 50%. Cuando creas una obra con sentido práctico, lo haces para los demás. Tienes que poner todos tus sentidos en satisfacer las necesidades de otros. Cuando creas una obra de arte, lo haces desde tu interior, por necesidad vital.
Maria Acosta lo describe muy bien en alzado.org:
"Los artistas se basan en la auto expresión. Sus únicas fronteras son sus capacidades técnicas y su imaginación. Tratan con la estética y tienen libertad absoluta a la hora de inventar nuevos códigos visuales para plasmar sus sentimientos, ideas o percepciones. Ellos eligen el mensaje y el medio."
Pero cuando el diseño tiene un fin y un medio, no podemos frivolizar con nuestras necesidades artísticas. Una silla debe ser cómoda y ergonómica, un abrigo debe sentar bien, ser cómodo y proteger del frío, y un anuncio debe transmitir un mensaje claro y provocar una respuesta. Se puede hacer con más o menos clase, gusto o estilo, pero como también dice Maria Acosta:
"Si el estilo personal llega a ser demasiado evidente se traduce en "ruido", el proyecto pierde efectividad, interrumpiendo una comunicación clara. Así como los artistas, en muchos casos, son "contadores de problemas" (personales, sociológicos, políticos, etc.) los diseñadores gráficos deben ser "solucionadores a problemas"
No es un debate del que se hable mucho, pero tampoco es nuevo. Ya lo trataba Oscar Wilde en el prólogo de su novela "El Retrato de Dorian Gray" (1890):
"Podemos perdonar a un hombre el haber hecho una cosa útil en tanto que no la admire. La única disculpa de haber hecho una cosa inútil es admirarla intensamente."
Comentarios
Genios de la envergadura de Mozart y Goya estaban sujetos a la más férrea de la dictaduras, en muchas de sus obras, "la monarquía absoluta de su época". ¿Son por ello sus obras menos arte?.
No creo que la genialidad y el arte puedan contenerse por que el trabajo sea para los demás.
Hablais de "ruido", bien pues a mi me gusta "oir" el sutil latido del que está detrás, o de los que están detrás.
Eso, a mí, me marca la diferencia entre lo que admiro y lo que no...
El argumento principal habla de la LIBERTAD CREADORA y de la UTILIDAD DE LA OBRA DE ARTE.
Por cierto, olvidé citar que el link de Paul Auster me lo facilitaste tú. Gracias.