Más allá de la gracia que pueda tener titular un post o un artículo "lo de turno ha muerto", la actitud de querer matar cosas constantemente en el terreno tecnológico o social me aburre soberanamente. Porque lo malo no es que las cosas se mueran, sino que las maten. No creo que construir el futuro, o mejorar las cosas se hagan desde el erial de lo que un día fue prometedor o útil. Al contrario, creo que la innovación se logra aprovechando lo bueno del pasado.
Hace unos días, el profesor Enrique Dans publicó un post en su blog titulado "La muerte del código QR" . Como él es un gran experto en cuestiones tecnológicas asociadas a la empresa con el que siempre aprendo, lo leí con calma y después hice lo que hago siempre. Buscar por mi cuenta información y sacar mis propias conclusiones.
Dans se hace eco de ReadWriteWeb y su sección DeadthWatch para afirmar tajante:
"Una tecnología que en su momento se creyó prometedora, pero que en realidad, nunca llegó a nacer más que para algunos usos esporádicos."
Y pasa a relatar las razones por las que esta tecnología está, según ambos, muerta. Desde que hay que bajarse una app para utilizarlos (cuando el crecimiento de apps en el mundo es imparable, como bien saben en The App Date) o que hace falta un smartphone con cámara (tendencia igualmente imparable).
Foto de Kuki Bastos, Creative Partner en The App Date. |
También explica que en la mayoría de los casos, el QR sólo era un adorno para parecer modernos, y que el link llevaba a sitios absurdos como páginas en flash, que no se podían ver en muchos dispositivos.
En ese caso, tiene toda la razón. Porque el QR es sólo un medio, como me empeño en decir una y otra vez de la tecnología en términos de comunicación, y no un fin. Por eso, lo importante no es el código, sino lo que se haga con él. Pero eso no significa que haya que matarlos, sino aprender a usarlos mejor, ahora que el mercado (de smartphones y apps) está ya más maduro.
Ese es a mi juicio el problema de matar la cosas cuando ya dejan de ser novedad y moderneces vanguardistas, vendidas como humo "per se" en lugar de intentar desarrollarlas cuando de verdad funcionan.
Hace meses publiqué traducido un post de Seth Godin fantástico que se titulaba "Traedme cosas muertas" en el que defendía que cuando las cosas se consideran muertas, es precisamente cuando más útiles son porque ya han alcanzado su grado de desarrollo y fiabilidad óptimas.
Por favor, dejad de matar las cosas cuando ya no son "cool" o ya no se os considera "Hypsters" o "Early Adopters". Seguro que vosotros ya estaréis trabajando duro en la siguiente generación tecnológica, y os lo agradeceremos muchos, pero dejadnos a los demás aprovechar lo que ya sabemos como funciona para hacer bien nuestro trabajo.
Un QR, a día de hoy, es más útil que nunca. Es sólo una forma de obtener un link, cierto, pero mucho más cómoda que teclear una URL. Y bien utilizada, puede dar mucho juego. Desde que se publicó el post anunciando su muerte, no paran de aparecer utilizaciones de lo más curiosas como éstas:
- Coca Cola crea obras de arte en forma de QR con chapas
- QR Music Festival: El primer festival en códigos QR
- Una funeraria "on line" ofrece códigos QR en lápidas para recordar a los seres queridos.
- Turismo de Ceuta promocionará los QR para informar de actividades y patrimonio.
O esta campaña de un líder del mercado On Line como Fotocasa, que utiliza los QR en el mundo Off Line para llegar a tu smartphone. Sin glamour, pero de forma inteligente:
Y lo mejor es que según El País:
Los códigos QR triunfan en España:
"Si bien la mayor penetración es en Alemania con un 18,6%, España ser acerca al 16% gracias a su rápida adopción. En general la activación de los QR ha aumentado un 96% hasta llegar a los 17,4 millones de usuarios en los últimos tres meses."En definitiva, creo sinceramente que las cosas se aprovechan y rentabilizan con el tiempo, dejando que las cosas crezcan, vivan y alcancen la madurez necesaria. Que no hace falta matar nada para que otras cosas nazcan. Por favor, dejad de matar cosas. Y si os empeñáis en ello, or recordaré que "Gurú lo serás tú".
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