Continuamos la publicación de las mejores anécdotas recibidas para el concurso.
Esta vez relacionado con eso que nunca existe en la producción: el tiempo. Y hablando de tiempo, aún os queda para participar en el concurso. Sólo tenéis que escribirnos a nuestra dirección habitual o a comicpublicidad@yahoo.es
Por J.A. de T.
Esta vez relacionado con eso que nunca existe en la producción: el tiempo. Y hablando de tiempo, aún os queda para participar en el concurso. Sólo tenéis que escribirnos a nuestra dirección habitual o a comicpublicidad@yahoo.es
El caso que nos lleva es que un cliente solicita, unos días antes de semana santa, un trabajo que habitualmente se tarda en realizar quince o veinte días, lo necesita urgentemente pidiendo la mejor fecha que se le pueda dar. Se habla con todos los departamentos que implican la producción de este trabajo y las terceras empresas que colaboran en ello y se le dan diez días de plazo.
Dentro de la voracidad en la que vivimos, ante este plazo no se le ocurre otra cosa que decir que lo necesita el lunes después de semana santa, o sea lo quiere en seis días. y me dice: "No es cuestión de dinero, es cuestión de honor".
Ante esto se habla de nuevo con todos los implicados anteriormente para que se trabaje en semana santa y se le da un precio razonablemente alto, pero la gente tenía que trabajar mañana y tarde los cuatro días que dura el fin de semana de semana santa.
Cuando le decimos el precio, por poco me llama asesino y me dice que eso no lo puede pagar y que entonces que fecha le daba de nuevo. La respuesta era sencilla, diez días que era lo anteriormente ajustado al máximo.
Es decir, que ya no era una cuestión de honor, si no de dinero....
Un año después y casi en circunstancias parecidas, un jueves, antes de un puente en el que el lunes era fiesta, este buen señor me llama y me cuenta que otra empresa le ha hecho un trabajo y que le ha entregado unidades de menos y unidades a medias. Necesita que le eche una mano por que "sólo tu lo puedes conseguir". Esta vez la locura era mayor, QUERÍA QUE UN TRABAJO QUE LA OTRA EMPRESA LE HABÍA TARDADO UN MES, YO SE LO TUVIERA EN DOS DÍAS. Y aquí usó de nuevo la frase mágica: " No es cuestión de dinero, es cuestión de honor", a lo que yo le contesto "Imposible, no es una cuestión de dinero, ni es una cuestión de honor. Es una cuestión de tiempo"
Por J.A. de T.
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